Estoy aquí, siento que estoy aquí...
Estoy en el Parque, siento el lugar...
Siento el entorno del Parque y la ciudad...
Siento el continente, hasta sentir la Tierra...
Estoy como El Principito, sobre la superficie del planeta...
Amo a esta tierra donde vivo...
A pesar de la diferencia de tamaño siento que puedo comunicarme con este ser inmenso...
Siento el sol bañando mi cuerpo...
Trato de ver el sol no como algo colgado en el cielo, como las nubes, sino como la estrella de nuestro planeta...
A pesar de la enorme distancia, la estrella me alcanza con su calor y su energía...
Siento ese calor dador de vida emanando de una incandescencia colosal...
Me veo desde allí y amo a esa estrella que ilumina mi planeta, mi casa, mi cuerpo...
Entonces, de alguna manera pareciera que puedo comunicarme con el Sol...
No puedo dejar de asociar tu escrito con el libro El Paisaje Interno (Silo) en su capítulo La realidad:
ResponderEliminarespercialmente en estos parrafos:
5. Yo te diré que un número es distinto a sí mismo según tengas que dar o recibir, y que el sol ocupa más lugar en los seres humanos que en los cielos.
6. El fulgor de una brizna encendida, o de una estrella, danza para tu ojo. Así, no hay luz sin ojo y si otro fuera el ojo distinto efecto tendría ese fulgor.
7. Por tanto, que tu corazón afirme: “¡Amo ese fulgor que veo!”, pero que nunca diga, “¡ni el sol, ni la brizna, ni la estrella, tienen que ver conmigo!”.
Muy bella experiencia. Gracias por compartirlo !
Qué lindo comentario! Gracias Patricia por la cita de Maestro que aporta un posible encuadre a la oración.
EliminarEs lamas simple y bella historia de amor mejor expresada,
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